Todo nace de tí, absolutamente todo.
Quieres y deseas relacionarte con el mundo de una forma auténtica, real y satisfactoria. Esto no es un secreto.
Cualquier objetivo que desees alcanzar pasa por la transformación y el cambio es un viaje personal.
Primero tienes que ocuparte de ti, descubrir quién eres y hacia dónde te quieres dirigir.
Sólo un viaje interior ayuda a ver el camino y a tomar acción hacia tus deseos.
Aunque a veces no nos damos cuenta ya que vivimos en piloto automático o nos gusta quedarnos en la zona de confort con el miedo de que si saco “la patita”, todo se derrumba…o no…a veces es cuestión de reordenar, como a veces lo haces en tu casa…reordenar tu cuerpo, mente y corazón, tirar a la basura aquellas creencias que no te sirven ya, como la ropa usada que tiras… y cambiarlas por otras nuevas que te ayuden a avanzar, a conseguir todo aquello que deseas.
Otras veces, cuando no somos conscientes, llega el “DOLOR” a nuestra vida, como un Gran Maestro, al que debemos honrar a través de la experiencia.
Honrar las experiencias que tenemos en nuestra vida, tiene un importante valor, nos ayuda a evolucionar, a conocernos, a saber quien Soy.
Y cómo puedo hacerlo?
Cuando al terminar el día, tomas un ratito para escribir si te apetece o puedes agradecer tus experiencias.
Estos dos actos te conectan con lo que has vivido y te ayudan a profundizar, a conectarte de una forma más estrecha con la vida y con el momento.
Sólo cuando reconocemos lo que está sucediendo, podemos beneficiarnos de las enseñanzas de la vida.
El DOLOR, duele y queremos cepillarlo debajo de la alfombra, para avanzar lo más rápido posible, cuando hacemos esto, se va un gran amigo y maestro….y como te resistes, vuelve una y otra vez.
Al dolor hay que darle la bienvenida y como resultado nos dará el mejor regalo que nos tiene que ofrecer
Y cómo puedo honrar este dolor?
Creando una relación consciente con él, creando una obra de arte (cuánto dolor pasó por mis clases de patchwork!), una vela. Cualquier acto que te guste y sea significativo para ti no importa, aunque sea pequeño, será lo suficientemente grande para reconocer, como te ha transformado, y valorar todo lo que la Vida te ofrece.
«Y ahora, mientras me encuentro en mi lecho de muerte, repentinamente me doy cuenta: Si me hubiera cambiado primero a mí mismo,con el ejemplo habría cambiado a mi familia. Y a partir de esa inspiración y estímulo podría haber hecho un bien a mi país y, quién sabe, tal vez incluso ……habría cambiado el mundo.»
– Fragmento de un texto extraído de la Abadía de Westminster
Un abrazo